Una versión que me contaron sobre el origen de la palabra "guiri", un simpático peyorativo aplicable a todos los viajeros curiosos que preguntaban sobre cualquier cosa, sobre todo. Dicen que proviene de los angloparlantes que preguntaban siempre a cualquiera en la calle "Where is...?" Donde está tal o cual cosa. Esta frase la hispanizaron en su tiempo y la transformaron en guiri. Con ello designaban a los ignorantes viajeros que preguntaban por todo, en todo momento.
Ahora, en estos tiempos, las cosas siguen igual, pero a menudo al revés. Gracias a los cambios económicos del siglo 20, los viajeros despistados somos nosotros. Tenemos la posibilidad de viajar a otros lugares y descubrir que allí también tienen sus culturas, sus tesoros, y sus personalidades propias. Tenemos que practicar lo del "Where is...?" pero en forma inversa.
Esto me lleva a reflexionar sobre la orientación que ha tenido el turismo en casi todos los países. Una posición de humildad nos ha llevado a valorar los visitantes de otros países por encima de nosotros. Todo el mundo aspira a recibir visitantes de los países más poderosos y prósperos. Una batalla internacional a muerte por el cliente. Hay quienes incluso se alegran cuando un destino sufre un conflicto que lo aleja de los mercados turísticos, esperando que el flujo de viajeros se redirija hacia sus propias playas y atractivos.
Pero la realidad es, en mi opinión, muy otra. Si damos a nuestros conciudadanos la oportunidad de prosperar y mejorar, aumentaremos la capacidad de nuestras poblaciones para viajar dentro y fuera de su país. Pero tenemos que vencer la teoría de que solo estamos para servir a los forasteros. Evidentemente el turismo es un servicio exportable, pero también un servicio que ayuda al progreso nacional en todos los niveles. E igualmente, el progreso nacional ayuda al progreso del turismo.
No olvidemos que la industria del turismo y los viajes
Está para dar servicio a todos, locales y forasteros.
Esto me lleva a reflexionar sobre la orientación que ha tenido el turismo en casi todos los países. Una posición de humildad nos ha llevado a valorar los visitantes de otros países por encima de nosotros. Todo el mundo aspira a recibir visitantes de los países más poderosos y prósperos. Una batalla internacional a muerte por el cliente. Hay quienes incluso se alegran cuando un destino sufre un conflicto que lo aleja de los mercados turísticos, esperando que el flujo de viajeros se redirija hacia sus propias playas y atractivos.
Pero la realidad es, en mi opinión, muy otra. Si damos a nuestros conciudadanos la oportunidad de prosperar y mejorar, aumentaremos la capacidad de nuestras poblaciones para viajar dentro y fuera de su país. Pero tenemos que vencer la teoría de que solo estamos para servir a los forasteros. Evidentemente el turismo es un servicio exportable, pero también un servicio que ayuda al progreso nacional en todos los niveles. E igualmente, el progreso nacional ayuda al progreso del turismo.
No olvidemos que la industria del turismo y los viajes
Está para dar servicio a todos, locales y forasteros.
Publicado en Lluis Mesalles / Predicando el turismo
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